lunes, 14 de enero de 2013

II Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 20/01/2013

  El evangelio trata del tan conocido episodio de las bodas de Caná de Galilea. Habiendo presentado Juan Bautista a Jesús como el nuevo esposo en el primer capítulo del cuarto evangelio, esta boda adquiere de pronto un sentido simbólico en la mente del escritor.

   Se trata de un episodio programático. Tomando pie de una boda en un pueblo, el escritor construye su relato para hacernos ver y vivir toda la fuerza de la nueva alianza que Dios hace con los hombres, por medio de Jesús. No nos importa la boda sino su significado.

   La boda, en la Biblia, era símbolo de la alianza, en la que Dios aparecía como el esposo del pueblo. Esta boda es una boda anónima, donde ni el esposo ni la esposa tienen voz ni rostro Representan la antigua alianza. La escena simbólica se representa en un pueblo de montaña, Caná, a unos 15 kilómetros de Nazaret.

   La madre de Jesús es también presentada sin nombre propio. Aparece estando en la boda, por lo que pertenece a la antigua alianza, como representaban las tinajas de piedra donde se hacían las purificaciones de la misma.

   Jesús entra en la boda con un grupo de discípulos. Con él entra la nueva alianza entre Dios y los hombres. Entra como invitado entre el pueblo que vive bajo la antigua alianza.

   En el Cantar de los Cantares, libro contenido dentro de la Biblia, el vino es símbolo del amor entre los esposos. Así, entre los enamorados expresan su amor con expresiones como "tus amores son mejores que el vino" o "tu boca es vino generoso".

   Pues, en la boda, faltó el vino. La madre de Jesús se dirigió a él: "No tienen vino", le dijo.

   Notemos que la madre no aparece con nombre propio, y al dirigirse a Jesús no lo llama hijo. Jesús tampoco la llama madre. Continúa siendo todo un símbolo. La madre de Jesús pertenece a la antigua alianza, personificando a los israelitas que permanencen fieles a Dios.

   A la frase "no tienen vino", Jesús contesta: "¿Qué nos importa a mí y a tí, mujer?". Debe decirse que jamás entre los judíos un hijo se dirige a su madre llamándola mujer. Llamar a su madre "mujer" es llamarla "esposa". Es la "esposa" de la antigua alianza.

   Jesús manda llenar las tinajas de agua. En ellas no hay vino. El agua se convertirá en vino fuera de ellas. La Ley, el agua, no podía purificar, pero Jesús sí. Pero no lo hará con un agua externa, sino con un vino que penetra dentro del hombre. Ese vino, que representa el amor en el Cantar de los Cantares, establecerá una relación personal con Dios que  nos dará una alegría interna maravillosa e indescriptible. Es la alegría de la nueva alianza, presentada hoy bajo el símbolo de una boda.
 
(Si alguien desea leer el comentario anterior de este mismo evangelio, se encuentra en el 17/01/2010. También puede ir a la Etiqueta "boda" y le saldrá automáticamente).

   Compromiso:
   Sintámonos plenamente envueltos en la compasión activa de Dios y seamos plenamente responsables de cooperar con ella. Es el sello de la nueva alianza.

 
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