lunes, 27 de enero de 2014

IV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 2/02/2014. Lucas 2,22-40

   La primera lectura de este domingo nos sitúa en un mundo en que no existen carreteras ni coches movidos por combustible. Son carros movidos por caballerías y que circulan por rústicos czminos de tierra y piedra. Por esta razón, cuando el rey ha de realizar un viaje, va por delante un mensajero que rellena los pozos y retira las posibles piedras, a fin de que el viaje del rey sea lo más llevadero posible. De forma semejante, preparar el camino del Señor es volver al buen camino, al camino de Dios. Pero, son tan grandes los pecados y las miserias espirituales, que esta primera lectura (Malaquías, 3, 1-4) nos presenta la purificación que nos hará el Señor, con la imagen de una persona que refina el metal derritiéndolo en el fuego. Al derretirse el metal, el metal puro se va al fondo mientras que las impurezas flotan y pueden eliminarse facilmente. Por esta razón, se dice metafóricamente por supuesto, que Dios nos purificará mediante el fuego. No un fuego verdadero, sino un fuego metafórico.

   Cuando, después de la muerte, nos presentamos ante Dios, el Señor, sólo con su mirada, nos purifica totalmente. El es fuego abrasador que ante su presencia lo deja todo limpio. Es todo un instante y en esto consiste el purgatorio. A menudo, tenemos una fe ideologizada como afirma el Papa Francisco.

   La segunda lectura se toma de Hebreos 2, 14-18. Dice, como frase central, que Cristo tenía que parecerse en todo a sus hermanos, que somos nosotros. De esta forma, nos comprende y es compasivo con todos nosotros. Como Dios, ya nos comprendía pero, como hecho hombre, nos infunde mucha más ternura.

   En el evangelio de hoy, Lucas combina dos ritos distintos: el de la purificación de María y el de la presentación de Jesús en el templo. La madre de un niño, en este caso María, se consideraba impura durante cuarenta días después de haber dado a luz, que se alargaba a ochenta días si lo nacido era niña. Durante ese tiempo, María, como cualquier madre, por su impureza, tenía prohibido ir al templo o tocar objetos santos con sus manos.

   Este evangelio nos dice que cuando va María a purificarse, aprovechan para presentar a Jesús en el Templo. El primer hijo nacido debía consagrarse al Señor. Sin embargo, a Jesús no se le redime por una cantidad de dinero como estaba mandado. A Jesús no se le redime porque pertenece completamente al Señor.

   Toda la Sagrada Familia es obediente a la ley de Moisés. Simeón, que aparece en este evangelio, es un hombre sobre el que está el Espíritu Santo. Ha esperado en el Señor toda su vida y ahora que ha visto el esperado, da gracias a Dios y le dice que puede marchar feliz de este mundo. En la vida y en la muerte se siente muy cerca de Dios y nada teme. La profetisa Ana habla de Jesús a todos los que veía. No tenía vergüenza al hacerlo. Pues así tenemos que hacer nosotros en la nueva evangelización. Enamorémonos de Dios y hablaremos de El.

   Compromiso:
   Acordarse de Dios varias veces al día.

miércoles, 22 de enero de 2014

III Domingo del Tiempo Ordinario. 26-1-2014. Ciclo A. Mateo 4, 12-23

El texto de la primera lectura (Isaias 8, 23-9, 3) no se trata de algo futuro, sino de un canto de acción de gracias por algo ya ocurrido. En efecto, el pueblo que en la guerra caminaba en tiniebras vio una gran luz. Nace el rey David, que traerá la paz y la grandeza.

Por grandes que sean las tinieblas en nuestra vida, Dios está a nuestro lado. Lo importante es que le seamos fieles y no desfallezcamos. Mantengamos la paz y la confianza, al final saldremos del tunel y se verá la luz. Entonces, no nos olvidemos de Dios y sigamos amándole y dándole gracias.

La segunda lectura, tomada de la primera carta a los Corintios (), tiene total aplicación en nuestros días. Hoy es manifiesto que existen dos grandes corrientes en el catolicismo, los cristianos conservadores y los más abiertos o progresistas. Estamos realmente divididos, y muchos creyentes, al ver que la Iglesia no avanza, no progresa, no sabe valorar los signos de los tiempos como nos pidió el Concilio Vaticano II, por desgracia silenciado y olvidado, muchos cristianos, digo, se quedan mortecinos y acaban incluso abandonando su fe. Es la primera vez en la historia que a un concilio ecuménico le sucede un olvido, hasta ahora de 50 años. Como dice esta epístola de hoy, hemos hecho ineficaz la cruz de Cristo.

¡Cuando sabremos contactar los católicos de ambas tendencias, en cada una de nuestras parroquias, para trabajar por la causa de Cristo!

Nos presenta el evangelio a Jesús, que al enterarse del arresto de Juan, se traslada a Galilea, en concreto a Cafarnaúm. Esta se encuentra un una importante ruta de comercio y cerca de una gran población de gentiles.

Jesús enseña en las sinagogas, pero no sólo en ellas. También predica al aire libre. Es lo que nos dice el Papa Francisco: hay que salir de las iglesias, hay que ir a hablar a la gente de Jesús. Y no sólo los sacerdotes, que tienen obligación de hacerlo, sino también los seglares deben saber hablar de Jesús con naturalidad. No vendría mal un cursillo en este sentido.

Si lo hacemos así, se podrá afirmar que el pueblo verá una luz grande, porque verá el poder de Dios, la alegría y paz que da el vivir cerca de él.

La mejor predicación en la actualidad sería convocar a los católicos progresistas, para entre todos, con prudencia pero sin miedo, tratar de llevar a Cristo al mundo de hoy. Y esto para recuperar a los que se marcharon y que aún son recuperables.

     Compromiso:
     Perder la vergüenza de saber hablar sobre Jesús.

lunes, 13 de enero de 2014

II Domingo del Tiempo Ordinario. 19/1/2013. Ciclo A. Juan 1,29-34

   El libro de Isaías, en su segunda parte lllamada Deutero Isaías (cap. 49,3.5-6) dice a Israel: "Tú eres mi Siervo". Dios la hace luz de las naciones para que la salvación alcance hata el confín de la tierra. En efecto, en medio de los pueblos que adoran multitud de ídolos, Israel es el único monoteísta, el único que transmite el amor y la defensa del único y verdadero Dios. Por eso, Israel es la luz de Dios. ¿Somos nosotros esa luz de Dios?

   En la segunda lectura tomada de la I Corintios (1,1-3), se presenta la Iglesia de Dios como iglesia local y como pueblo santo. Es pura doctrina del concilio Vaticano II. Y en esa misma línea camina el Papa Francisco. La Iglesia no es monárquica, no depende en definitiva de un mando único. Con el Nuevo Testamento en la mano, la Iglesia es, ante todo y sobre todo, misterio y pueblo de Dios. Como dice Francisco, cuando el pueblo de Dios está de acuerdo en algo, eso es verdad. Debemos tomar conciencia de que somos pueblo de Dios.

   El final de esta lectura es un buen comienzo de la misa. Dice así: "La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros".

   En el evangelio de este domingo, tiene un peso fundamental el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús. Sin él, hubiera pasado desapercibido en los comienzos de su misión. Avalado por el Bautista, Jesús empieza a manifestarse entre los hombres. De igual manera, hoy Jesús necesita de nuestro testimonio cristiano para que muchos puedan reconocerlo.

   Hoy, hacen falta creyentes que se dediquen a vivir testimoniando al Dios de Jesús de Nazaret. Pero testimoniando no sólo con una vida impecable, sino también hablando a los demás de Dios y de Jesús. Debemos ayudar a los demás a que descubran la presencia de Dios, a que se identifiquen con Jesús, que lo reconozcan cercano y creible, próximo y familiar. Esto es realizar la nueva evangelización que hoy se nos pide.

   El cristiano hoy, como el Bautista, ha de vivir para señalar la presencia de Dios en el mundo, para no permitir que se le arrincone, se silencie o se olvide.
   Termina el evangelio afirmando que el Espíritu ha descendido sobre Jesús y, por lo tanto, bautiza con Espíritu Santo. Es una realidad que el Espíritu Santo vibra,  aletea, en el que vive su fe. Pero, también es una realidad que muchos cristianos mueren sin sentir ese Espíritu que aletea en ellos. No han descubierto su propia fe, no la han vivido en profundidad, no saben lo que es la presencia de Dios en su interior y, por lo mismo, no se atreven a hablar a los demás de la cercanía de Dios. No evangelizan y no cumplen con esa misión sagrada. Aunque vayan a misa y comulguen, no la cumplen. Se queda todo en casa, sin salir al exterior.

   Compromiso:
   Reflexionar tranquila y sinceramente sobre lo leído.

miércoles, 8 de enero de 2014

Fiesta del Bautismo del Señor. Ciclo A. 12/1/2014. Mateo 3,13-17

   Hoy terminamos el tiempo de Navidad. La primera lectura es de Isaías 42,1-4.6-7. La tradición cristiana ha identificado al personaje central de este pasaje con Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Como tantas veces, a Dios se le llama el Señor en el Antiguo Testamento. Cuando, en el Nuevo Testamento, a Jesús se le dice el Señor ¿qué te parece que quiere expresarse con ello?

   Dios pone su espíritu sobre el personaje central de la lectura y lo hace alianza y luz de las naciones. Así que Jesús es señal de la alianza de Dios con nosotros. Dios nos ama y Jesús es luz de todos.

   Del libro de los Hechos se toma la segunda lectura (10,34-38). Lo esencial de ella es que Dios no hace distinción entre judíos y paganos, con tal de que lo amemos y practiquemos la justicia.

   En el evangelio se recuerda el bautismo de Jesús, que se presenta en la cola de pecadores, que esperan ser bautizados por Juan. Sin embargo, el Padre sale a su favor, en su alabanza y recomendación. Jesús no tiene pecados de los que deba arrepentirse.

   El bautismo de Juan llamaba al arrepentimiento buscando una sociedad más justa y de más cercanía a Dios. Después de un tira y afloja, Juan accede a bautizar a Jesús. Será un testimonio del cambio que Jesús quiere para toda la sociedad. El se compromte a hablar de ello. A hablar del amor al prójimo como inseparable del amor a Dios.

   Cuando Juan termina de bautizar a Jesús, este sale del agua y se abren los cielos, bajando el Espíritu de Dios en forma de paloma. Esta es una forma metafórica de hablar. Como la paloma que va por las alturas baja llena de amor hacia su nido, así el Espíritu  de Dios se posa en Jesús con plenitud de amor. Jesús está lleno de la plenitud de Dios. No en vano es Dios presente entre los hombres.

   Y una voz del cielo afirma: "Este es mi Hijo el amado, mi predilecto".

   Jesús ha quedado definido para toda su vida. El, por nosotros, fue hecho pecado. El es manifestación de como va a luchar contra el pecado y las injusticias. Y empieza su etapa evangelizadora marcada por una gran alegría.

   El Espíritu que baja sobre Jesús bajará también sobre nosotros, pues nos lo envía él mismo. La fé está basada en un contacto personal con Cristo, promovido por el Espíritu. Si no somos conscientes de este contacto con Cristo, si no lo vivimos, es imposible que podamos llevar a cabo la nueva evangelización. Si el Espíritu está en Jesús como en su nido de amor, así también, en cada uno de nosotros, debe encontrar nuevos "nidos de amor" donde se viva con fuerza ese gran amor. Y si es así, nuestro inflamado corazón no sentirá descanso hasta que esa llama de fuego no se transmita a otros corazones.

   Ese contacto personal con Cristo, que da origen a nuestra fe y nos convierte en nido de amor del Espíritu, es la base fundamental de la nueva evangelización. Cultivémoslo con una vida interior adecuada y salgamos a evangelizar.

   Compromiso:
   Saber exteriorizar lo que hay en mí, de experiencia del Espíritu divino que en mí habita.

miércoles, 1 de enero de 2014

II Domingo de Navidad. Ciclo A. 05/01/2014. Juan 1,1-18

   La primera lectura se toma del libro bíblico Eclesiástico o Sabiduría de Jesús Ben-Sirac (tiene ambos nombres). Esta lectura pertenece a un canto en el que la Sabiduría hace su propio elogio. Se presenta en primera persona y como una personificación poética, parecida a la que se acostumbra en los autos sacramentales del literato Calderón de la Barca.

   Se toma del capítulo 24 (1-4.12-16).  El cap. 24, por la riqueza de su contenido sobre la Sabiduría de Dios y por su belleza, es el más importante de todo el libro y es una de las cimas de la literatura sapiencial.

   La Sabiduría, como si fuese una persona, canta a sus propias excelencias. La Sabiduría termina afirmando que habitará en el Pueblo de Dios, es decir, en el pueblo de Israel. Es la Sabiduría de Dios viviendo entre los hombres. Es la que nos hace ver que vamos por el buen camino, incluso cuando es necesario desideologizar nuestra fe para ser fieles al camino que Dios nos va trazando a través del mensaje de los signos de los tiempos. Como afirma el Papa Francisco, a veces tenemos una fe ideologizada. ¡Bonito punto de reflexión para los dirigentes del pueblo cristiano!

   En la lectura de la carta a los Efesios (1,3-6.15-18) se comienza afirmando que Dios nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales, para que seamos santos e irrerochables ante él, por el amor. Se termina pidiendo que Dios nos dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ojalá nos dé ese espíritu de sabiduría que nos hace descubrir lo que hay de ideología en nuestra fe. Discernir la claridad de la fe, separando la ideologia, que a menudo, se adhiere. Es necesarísimo para la nueva evangelización.

   Las investigaciones nos presentan el evangelio de hoy como un canto del grupo del evangelista Juan, o como un himno litúrgico contado por los primeros cristianos en sus eucaristías. ¡Qué bien si, hoy, alguien se atreviese a convertirlo nuevamente en himno religioso y poder revivir así la fe de los primeros cristianos!

    Afirma Hipólito de Roma que: "Cuántos salmos y  cánticos, compuestos desde el principio por hermanos en la fe, ensalzan a Cristo, el Verbo de Dios, llamándolo Dios". Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, afirma que los cristianos cantan himnos a Cristo como Dios.  Esta es la principal lección del evangelio de hoy. El Verbo o Palabra es Dios y Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.

   El Verbo hecho carne es luz que luce en las tinieblas, irradia luz permanentemente: es un sol contínuo. Así es Jesús. Entre los semitas, el conocimiento religioso entraña una vida y una actitud moral de servicio a Dios. Así se lee en Jeremías (22,16): "Hacía justicia al pobre y al desvalido. Esto es conocerme, dice Yahvé". La experiencia religiosa interior sólo se adquiere cuando nos acercamos a Dios y cumplimos su voluntad. Es lo que llamamos experiencia de Dios, o sea, conocerle.

   Compromiso:
   Llevar una vida que me haga tener experiencias religiosas.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.