lunes, 3 de octubre de 2011

Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario. 09/10/2011. Ciclo A. Mateo 22,1-14

   Todas las fuentes apuntan a un hecho del que es difícil dudar y es que Jesús se siente portador de una buena noticia. Ciertamente, su mensaje produce una gran alegría entre aquellos campesinos que viven sin seguridad material, pobres, humildes y humillados, a los que tampoco desde el templo se les ofrecía ninguna esperanza. Jesús habla de Dios con gran amor pero, a la vez, le preocupa liberar a la gente de todo lo que les deshumaniza y les hace sufrir. Esto se refleja, a menudo, en el evangelio, sobre todo en liberar a las gentes del sometimiento que producen determinadas ideologías, incluso religiosas.

   Estas reflexiones deben tenerse en cuenta para una interpretación correcta del evangelio de este domingo. En él, Jesús, como en domingos anteriores, sigue dirigiéndose exclusivamente a las autoridades religiosas. Y les dice que el reinado de Dios se parece a un rey que celebra la boda de un hijo. Por dos veces, el rey manda a sus criados para que avisen a los invitados, recordándoles que todo está preparado. Pero, ellos se niegan a ir dando mil disculpas e, incluso, maltratando a los criados y matándolos. El rey monta en cólera y mandando sus tropas los liquida y prende fuego a la ciudad.

   A continuación, manda a los criados a que vayan por todos los sitios invitando a la boda a todos los que encuentren. La sala del banquete se llenó de gente. Entra el rey para ver a los comensales y le dice a uno que no estaba vestido de fiesta: "¿Por qué estás sin traje de fiesta?" Y manda echarlo a las tinieblas, donde será el llanto y el crujir de dientes. Jesús termina con una afirmación que el evangelio de la misa traduce muy erróneamente. Dice la lectura de la misa: "muchos son los llamados y poco los escogidos". Esto se opone, frontalmente a la buena noticia de la que se hablaba al comienzo de este comentario. Si son pocos los escogidos, ¿dónde está esa buena noticia? El mismo texto evangélico nos lo aclara. Sólo uno no es escogido ya que no está vestido correctamente. Todos los demás siguen en la boda. El evangelio leído en la misa no cae en la cuenta de que existe entre los hebreos y arameos un modismo para establecer la comparación de superioridad, por una oposición de contrarios. La traducción correcta sería: hay muchos llamados y casi tantos escogidos. Esto sí que es una buena noticia, pero entre los llamados por los cruces de caminos, que llenaron la sala de bodas. Porque los primeros invitados reaccionaron incluso con violencia y matando.

   Compromiso:
   Revísate sobre el cumplimiento de los compromisos de domingos anteriores y toma medidas.

 
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