lunes, 1 de febrero de 2021

V Domingo del Tiempo Ordinario. 07/02/2021. Marcos 1, 29-39

    jesús es una persona dedicada totalmente a propagar el reinado de Dios y a la vida de oración. Vive en íntimo contacto con Dios. Mejor dicho, es Dios. Dios que se hizo hombre. Es el misterio del que hemos vivido todo el tiempo de Navidad. Es la segunda persona de la Santísima Trinidad. Se llama también el Verbo y decimos que el Verbo se hizo carne y que por eso habitó entre nosotros. Es todo el misterio que hemos vivido en Navidad. El misterio del Espíritu Santo o tercera persona de la Santísima Trinidad, lo viviremos en el tiempo de Pentecostés. Y así, a través del año, vamos viviendo todo el misterio de Dios, que jamás podremos comprender plenamente, porque es Dios y no cabe en nuestra mente.


   En la primera lectura que se toma del libro bíblico Job 7, 1-4.6-7, nos dice Job que su vida es muy dura. Yo la comparo, tal como se describe, con la vida de muchos campesinos españoles de hace menos de 40 años. Ahora ya no es así, pues el campo se ha quedado casi vacío y se ha mejorado mucho la vida con el avance industrial. Ya no se usa el "gadaño" para segar y el transporte ya no va sobre la espalda o en carro. Realmente, leyendo esta lectura se recuerda de verdad aquellos tiempos de la posguerra.

   La lectura de 1 Corintios 9,16-19.22-23, nos hace ver la fuerza que el evangelio produce en Pablo. No vive de la predicación. Lo que necesita para vivir se lo busca de otra forma. Pablo considera que la mejor paga es ver como la gente se acerca a Dios gracias a la predicación. Si nosotros, de vez en cuando, sacamos alguna conversación sobre cosas de Dios y le acercamos alguna persona, estamos ayudando al mismo Pablo.

   De la tercera lectura o evangelio me subyuga el hecho de que Jesús se levanta de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, marcha a un lugar solitario y allí hace oración. ¿Hemos probado a hacer oración en plena naturaleza?¿Solos, sin ningún ruido, diciéndole a Dios que lo amamos, que nos enseñe a amarlo, cada vez más? Si no tenemos ocasión de hacerlo en plena naturaleza, busquemos la forma de realizarlo en nuestra propia casa o donde sea. Pero hagámoslo. Hagamos oración. No perdamos la oportunidad. Es una experiencia inolvidable. Si la repetimos, aprenderemos de verdad lo que es orar. Será rezar de otra forma a como lo hacíamos hasta ahora. Será un rezar, amando. Un crecer de verdad, en amor a Dios. 


   Compromiso: Después de esta lectura, escoje tú. ¡Ojalá te quede un grato recuerdo de este evangelio!

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.