martes, 30 de julio de 2019

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 04/08/2019. Lucas 12, 13-21

   Hoy, las lecturas nos hacen reflexionar sobre lo que de verdad interesa en la vida. Cada lectura lo hace desde un punto de vista distinto que pueda darnos mucho que pensar. Hoy, se escoge como posible para memorizar una frase bastante conocida del libro de Eclesiástico, llamada también Qohélet. Se trata de: " Vanidad de vanidades y todo vanidad". Y con ella nos metemos ya en la primera lectura tomada del Eclesiástico 1,2;2,21-23. Comienza con la frase propuesta para memorizar y es como han pensado muchos que han tenido que trabajar duramente durante toda su vida. Terminan diciendo: "¡Tanto matarse, para qué!". Menos mal que lo he oído a personas de mucha fe en Dios, que le daban un sentido muy positivo y cristiano.

   La segunda lectura es de Colosenses 3,1-5.9-11. Para entenderla bien en toda su profundidad es necesario recordar que la vida cristiana es un estar-con-Cristo, frase que aparece 196 veces en el Nuevo Testamento como expresión de la más íntima unión del fiel con Cristo resucitado y pneumático. Nuestra vida está con Cristo escondida en Dios, y será posible en la parusia. Meditemos sobre esta lectura. Sólo una aclaración sobre la palabra "fornicación" advirtiendo que no se circunscribe al comportamiento sexual indebido. Todo lo que sea contrario a la decencia y al decoro es fornicación.

   En el evangelio de hoy se presenta el ejemplo de un hombre que tiene una enorme cosecha con la que piensa vivir muchísimos años. El mismo se dice: "alma mía, come, bebe, banquetea alegremente". Pero, Dios le dijo: "esta noche te van a reclamar el alma, ¿para quién será lo que has preparado?". Dos veces sale la palabra alma que puede provocar significados erróneos. En la Biblia, cuerpo y alma no se oponen, sino que expresan, por separado, al hombre entero. La lección de este evangelio es que debemos ser ricos para Dios. Lo de este mundo no sabemos quien lo comerá o lo gastará. Preparemos un listado de cosas que pueden enriquecernos ante Dios. Recordemos aquella frase del evangelio de San Marcos: "¿Qué le aprovecha al hombre ganar el mundo si pierde su alma (es decir, su vida)? El alma, para la Biblia, es sinónimo de vida. Como termina el evangelio de hoy, no debemos atesorar para nosotros, sino ser ricos para Dios, como decíamos antes.

   Compromiso:
   ¿Seré capaz de preparar el listado a que nos referíamos antes?

 
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