lunes, 22 de junio de 2009

Domingo XIII del Tiempo Ordinario. 28/06/2009. Marcos 5,21-24, 35-43

Como siempre, no se olvide de leer antes el evangelio de hoy.

Es posible que el hecho milagroso de la resurrección de la hija del jefe de la sinagoga, Jairo, sea un hecho histórico, pero en el relato se manifiesta la intencionalidad de describir una situación frecuente en Galilea y en todo el país judío. Se trata de que, a menudo, la institución mata al hombre mientras que a Jesús lo que le interesa no es la institución, sino el bien del hombre. Jesús busca sacar a la persona de la muerte producida por la institución y resucitarla a una nueva vida.

Veamos. Jesús ha sido excomulgado por los letrados de Jerusalén (Mc. 3,22) y, sin embargo, la multitud acude a él, mostrando un desacuerdo con la jerarquía religiosa. Pero, a pesar de ello, la gente no percibe la novedad del mensaje de Jesús. Piensan que es un reformador de la institución y con ello se dan por satisfechos. No hay una plena adhesión a Jesús. Sin embargo, hoy se da un hecho significativo: el que es jefe de la institución religiosa local y de la comuniad de la sinagoga se echa a los pies del rechazado por la institución. ¡El jefe de la sinagoga, Jairo, a los pies de Jesús!.

Jairo, al acudir a un excomulgado, salta fuertes condicionamientos religiosos y sociales con tal de conseguir la salvación de su hija: que se cure y viva. Además, Marcos, en el original griego para este pasaje, usa presentes históricos (llega, cae a sus pies, le ruega, en vez de llegó, cayó a sus pies, le rogó). Debe corregirse la traducción del misal. El presente histórico da más fuerza al relato y lo presenta como algo actual. Esto, junto con la ausencia del nombre de la ciudad, hacen que las figuras de Jairo y su hija deban tomarse como prototipos de una situación que se repite.

Comunican al jefe de la sinagoga que su hija ya ha muerto y que, por lo tanto, ya no hace falta molestar al maestro. Piensan que, en esa situación, ya no se puede esperar nada, ni siquiera de Jesús. Pero, éste dice al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe", y sólo dejó que lo acompañaran Pedro, Santiago y Juan. Esto tiene un significado, pues ¿quién para a la gran multitud que sigue a Jesús?. Los tres apóstoles son muy refractarios a la profundidad del mensaje del Señor, como lo muestran sus propios motes. A Pedro se le llama piedra (duro, obstinado) y los otros dos son los "truenos", los autoritarios. Puede ser que Jesús quiere mostrarles que el reino de Dios conlleva la discontinuidad con el pasado, con una institución del pasado, caduca y opresora. Jesús se va a presentar cono el nuevo esposo que trae una nueva alianza.

Cada vez que se habla de muerte aparece la denominación "el jefe de la sinagoga". Según el relato, lo único que destaca en la casa es un gran alboroto. En aquel sistema religioso no hay consuelo para el dolor.

Hay muchos detalles en este relato que nos hacen ver que Marcos usa en él un lenguaje figurado. Jesús dice que la chiquilla está durmiendo. En el Cantar de los Cantares (5,2) aparece el único pasaje en que el dormir de la esposa está en relación con la voz del esposo. Además, Jesús lleva consigo al padre de la chiquilla, a la madre y a los tres acompañantes. El padre y la madre han de entregar a la esposa. Los discípulos son los amigos del esposo que lo acompañan y hacen de testigos. Aprovechando el simbolismo nupcial de los profetas, se anuncia la instauración de una nueva alianza. Jesús toca a la muerta contra la severísima prohibición de la ley. Según ella, Jesús debe quedar impuro por siete días, pero, para él, el único criterio para juzgar de lo bueno y lo malo es el bien del hombre.

Cuando Marcos pone en boca de Jesús palabras en arameo (aquí, "Talitha qumi") quiere decir que hay una relación con el pueblo judío. La niña es, por tanto, representativa del pueblo judío opirimido por la institución. Pero, ahora, Jesús ya no la llama chiquilla, sino muchacha, es decir, jovencita casadera, anunciando vida y fecundidad. La muchacha tiene doce años, que era la edad para los esponsales de una joven. Es, pues, el anuncio de una nueva alianza y aquí está el sentido profundo del texto. Es tal la opresión que la institución religiosa ejerce sobre el pueblo judío, que éste puede considerarse muerto o con lo mínimo de vitalidad. Se impone dejar la antigua alianza y entrar en la nueva, que se funda en la adhesión a Jesús.

Jesús advierte de que no digan nada a nadie. Pero sería imposible que no se enterara la gente. Es una incongruencia enorme, por lo que hemos de pensar en que, por encima del sentido literal e histórico, existe un sentido más profundo. Este pueblo judío está infantilizado y si se hace pública su adhesión a Jesús no podria resistir la opresión del sistema. Habrá que ayudar a este pueblo, habrá que darle de comer como a la muchacha. Es labor de los predicadores y de que el mismno Papa no sea dominado por la curia vaticana, con la que no pudo Pablo VI. Nos referimos a la nueva alianza traída por Jesús.

 
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