lunes, 20 de julio de 2009

Domingo XVII del Tiempo Ordinario. 26/07/2009. Juan 6,1-15.

El lago o mar que atraviesa hoy Jesús, tiene dos nombres: el de Galilea o el de Tiberíades. Galilea representaba el pueblo pobre al que Jerusalén despreciaba. Grandes propietarios que vivían en la corte de Herodes o en Jerusalén, eran los dueños de los inmensos latifundios de Galilea. De ahí, la importancia de indicar el nombre de Tiberíades como contraste. Esta era la capital de Galilea, residencia del rey Herodes Antipas y su corte.

A Jesús le seguía mucha gente porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. La palabra griega para "enfermo" significa primeramente "débil" en general y el relato juega sobre esta doble equivalencia. Siguen a Jesús aunque no tengan necesidad de curación física.

Como recordaremos de la Transfiguración, el monte es el lugar donde habita Dios o se manifiesta su gloria. Allí se sienta Jesús con sus discípulos. Las vivencias de Dios se abren a estos.

Aunque estaba cerca la fiesta de Pascua y las multitudes debían estar camino de Jerusalén, sin embargo, liberadas de la fuerza dominante de la institución judía, siguen a Jesús. Él se da cuenta de la necesidad del pueblo y va a solucionarla, pero desea contar con la comunidad de discípulos con los que está junto a Dios, en el monte. Por eso, le dice a Felipe: "¿Con qué podríamos comprar...?" El plural "podríamos" representa, sin duda, a la comunidad. Jesús se incluye en la comunidad, está integrado en el grupo y todos deben pensar cómo solucionar el problema.

Para entender el v.7, téngase en cuenta que un denario era el jornal diario de un obrero. Con doscientos denarios no hay, ni con mucho, para dar de comer a cinco mil hombres, piensa Felipe. Se queda en el pasado y no concibe que en comunidad y con amor se pueden realizar muchas cosas.

En el v.8, entra en escena Andrés que hace oír su voz. Va a tratar de solucionar el problema aunque vea dificultades. Quiere mostrar su amor repartiendo lo que hay, pero ve que no alcanzará. El muchacho que tiene los panes y los peces está con los discípulos, es uno de ellos. Es de la comunidad de seguidores de Jesús. La representa y pone sus recursos, aunque pocos, a disposición de la multitud que los necesita. Es la actitud que deben tener los que pertenecen a la comunidad de Jesús. Los números cinco y dos (cinco panes y dos peces) suman siete que significa totalidad para los judíos. Todo lo que tiene la comunidad se pone a disposición de los necesitados.

Jesús pide que la gente se recueste. Comer recostado, en vez de sentado, era propio de los hombres libres, no de los esclavos. Los que pertenecen a Jesús son libres. Y, añade el texto, había mucha hierba. Esta es símbolo de la fecundidad propia del tiempo mesiánico. La multitud eran unos cinco mil. El número cincuenta se ponía en relación con el Espíritu de Dios, y con los profetas. Cinco mil es múltiplo de cincuenta. Cincuenta representa al hombre de carne que ha pasado a ser hombre espíritu.

Jesús pronuncia la acción de gracias porque todo es de Dios y nos lo da para que todos podamos disfrutarlo. Esto va en contra de la economía de latiundios de Galilea. Jesús mismo se pone a servir a todos. Es la actitud de servicio.

Sobraron doce cestos de pan. Sobró pan simbólicammente para las doce tribus de Israel. Con un buen reparto que terminase con los grandes latifundios de Galilea, habría comida para todos y se saldría de la pobreza.

Al ver la señal que Jesús había realizado, lo reconocen como el Profeta esperado. Es una alusión a 2 Reyes 4,42-44, una multiplicación de panes realizada por el profeta Eliseo. La abundancia de los tiempos mesiánicos la ven realizada en el gran profeta Jesús.

Práctica:
Propagar la doctrina social católica entre líderes sindicales. Estudiar la última encíclica social de Benedicto XVI.

 
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