lunes, 26 de julio de 2021

18º Domingo del Tiempo Ordinario. 1-8-2021. Juan 6,24-35.

    Las lecturas de hoy nos ponen en contraposoción dos tipos de realidades: Una material y la otra espiritual. Veremos a ver por cual nos inclinamos nosotros preferentemente. 

 

    En la primera lectura, tomada del libro bíblíco Éxodo, 16,2-4.12-15, se nos expone la necesidad de comida que tiene el pueblo de Israel estando en el desierto. Preferían estar sometidos en Egipto porque, al menos, tenían resuelto el problema de la comida. Le echan en cara a Dios, que los ha sacado de Egipto para matarlos de hambre a todos ellos. Pero Dios hará llover pan del cielo, es decir, comida y podrán comer. No obstante, parecen no enterarse que lo que llovió es un regalo de Dios. Los hijos de Israel no están en la línea de Dios y Moisés tuvo que aclararles que era el Señor el que les daba de comer. ¡Cuántas veces nos afanamos tanto en nuestro trabajo que al final ni damos gracias a Dios! Pensemos en ello durante el día y digamos con el salmo 77:"El Señor les dio pan del cielo" y expresemos a Dios agradecimiento.


   Segunda lectura: Efesios 4,17.20-24. Se puede oír hablar de Cristo pero sin oirlo a Él, sin captar su mensaje, sin sentirse transformado por Él. En Jesús hay una verdad que nos puede llegar muy al interior y renovarnos completamente. Es necesario llegar a tener experiencia o experiencias de Jesús. Con Él somos una nueva criatura. Como dice la lectura, debemos renovarnos en la mente y en el espíritu. Aceptar de verdad a Jesús es revestirnos de una nueva naturaleza, creada a imagen de Dios: Una verdadera santidad.


   La lectura evangélica de hoy se toma de Juan 6,24-35. Jesús pone a los que le buscan, entre la espada y la pared. Les dice: Me buscáis porque comisteis pan hasta saciaros. El verdadero pan del cielo no es el que comieros los Israelitas en el desierto. El pan del cielo es el que nos lleva a realizar las obras de Dios. Y la obra de Dios es creer en el que Dios ha enviado, en Jesús de Nazaret. Pero, se trata de un creer fuerte. Un creer que nos es solamente tener fe. Abarca la persona completa. Es una fe de verdad. Es una fe que obra, es una fe operativa de verdad. No lo olvidemos. No lo olvidemos, cuando decimos que creemos en Jesús de Nazaret, le entregamos toda nuestra persona. Y, así, estamos dando vida al mundo. Porque entregarle a Jesús toda nuestra vida, toda nuestra persona, toda nuestra actividad, es transmitir a los demás las experiencias que enstán el lo más íntimo del corazón de Cristo. Algo quedara en nosortos de todo ello. Y de verdad que lo transmitiremos de una forma o de otra. Jesús es el pan de vida. Jesús es el pan del cielo. El que viene a Él no tendra habmre y el que cree el Él no tendrá sed. 



   Compromiso: Empieza a hablar a los demás de las cosas de Jesús, de unirse más a Él. Inténtalo alguna vez.

martes, 20 de julio de 2021

Solemnidad de Santiago el Mayor. 25/07/2021. Mateo 20, 20-28

    Hoy, domingo, celebramos la fiesta de Santiago apóstol patrono de España. Este año celebramos el Año Santo Compostelano ya que cae el domingo el día de Santiago. Es un día grande para los españoles creyentes. Santiago debe ser uno de nuestros modelos como verdaderos creyentes en Cristo. En la sociedad hay muchos que no desean que los creyentes hablemos y enseñemos en nombre de Cristo, como en tiempos de Santiago sucedía en Jerusalén. Y en cuanto puedan nos lo prohibirán. Pero, nosotros seguiremos en un mismo espíritu con nuestras reuniones y nuestra unión con Cristo en la Eucaristía. Los cristianos tenemos muy claro que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Nosotros procuramos respetar a todo el mundo y agradeceríamos que también a nosotros se nos respetara. Con estas reflexiones considero explicada y aprovechada la primera lectura de la misa de hoy, Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2.


   Repitamos durante el día, del salmo 66, 2-8: "Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben".


   La segunda lectura es Corintios 4, 7-15. Es la vida de los cristianos perseguidos por ser discípulos de Cristo. Realmente, es un complemento de la primera lectura. Cuando damos nuestra vida por ser fieles a Cristo, estamos manifestando que, a pesar de que nuestra fe está en vasijas de barro, Dios inyecta en nosotros una fuerza extraordinaria que nos hace capaces de serle fieles y entregar nuestra vida.


   La tercera lectura se toma del evangelio de San Mateo 20, 20-28. Se trata de una madre que sólo piensa en sus hijos. Se acerca a Jesús y le pide que ordene, nada menos ¡Qué ordene!. Que ordene que sus hijos se sienten uno a su derecha y el otro a su izquierda, ¡nade menos!


   A menudo, la persecución o la causa de la misma no proviene de los otros. A veces está en nosotros mismos. Dentro de la misma Iglesia. Nos movemos por nuestros mismos intereses y entonces entran los egoismos y vuela, se marcha, el espíritu de ayuda a los demás. Es muy difícil tener esa limpieza de espíritu, esa entrega a los demás. Es muy difícil ser cristiano como verdadero discípulo de Cristo. Pero, existe el milagro. Para Dios no hay nada imposible. Somos creación suya no sólo como personas, hombre o mujer, sino también como discípulos suyos. Nos lo dice muy bien la segunda lectura, la segunda Carta a los Corintios 4, 7-15. Nos dice que lllevamos ese tesoro "en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros". Somos creados en dos veces, una como seres humanos y otra como cristianos. Demos gracias a Dios y seámosle fieles de verdad.


   No nos olvidemos de hacer un propósito a propósito de esta lectura.

lunes, 12 de julio de 2021

Domingo XVI del tiempo ordinario. 18/07/2021. Marcos 6,30-34

    A la vista de las lecturas de la misa de hoy, podemos dedicarla a reflesionar sobre nuestra obligación de extender el reinado de Jesucristo entre las personas de todo el mundo. Debemos concienciarnos de ello y empezar ya. Tomarlo como una obligación ineludible, pues nuestro tiempo, el tiempo de cada uno, va pasando con suma rapidez. En la iglesia, en la comunidad cristiana, es verdad que hay personas a las que llamamos jerarquía o pastores nuestros, pero, realmente todos tenemos obligación de extender el reinado de Jesús de Nazaret. Nosotros no podemos dejar que se pierdan las ovejas del rebaño de Dios. Así empieza la primera lectura de la misa de hoy, tomada del libro bíblico Jeremías capítulo 23, versículos 1-6. Empecemos así, y lo demás lo irá poniendo Dios.


   El salmo de hoy es el 22, 1b-6. Repitamos varias veces durante el día: "El Señor es mi pastor, nada me falta". De esta manera iremos aprendiendo a llevar la presencia de Dios, acordándonos de él con frecuencia.


   Como nos dice la segunda lectura, ahora, para Dios, su pueblo ya no es sólamente el pueblo judío, por él empezó, es verdad, pero ahora todos somos el pueblo de Dios. Esto es lo que nos dice el pasaje bíblico de la carta a los Efesios 2, 13-18.


   El evangelio o tercera lectura de la misa de hoy, es de Marcos capítulo 6, versículos del 30 al 34. Es un relato  muy expresivo de lo que es Jesús. El se preocupa porque sus discípulos descansen. Pero, a la vez, ante el gran gentío que encuentra, a Jesús se le "conmovieron las entrañas" o "las tripas" según la traducción original. Jesús se conmovió hasta lo más profundo de su ser. La emoción de Jesús es muy profunda cuando ve que la gente se acerca a él, cuando las personas van por el buen caminor en su busca. Por eso nuestra labor es maravillosa. La gente corría tras de Jesús. Dice el evangelio de hoy que "andaban como ovejas que no tienen pastor". Y Jesús se puso a enseñarles con calma, con paciencia. ¡Aprenderemos la lección! Si quieres un consejo para el día de hoy y para siempre, es fácil deducirlo de lo que queda dicho. Coge la costumbre de hablar de las cosas de Dios, de hablar bien de Dios, de propagar su reino. En este sentido, yo aprendo mucho de mi esposa. Observo que ella se las arregla y mete a Dios en las conversaciones con sencillez...Y nada más, hasta el domingo que viene.

jueves, 8 de julio de 2021

Domingo XV del Tiempo Ordinario 11-7-2021. Marcos 6,7-13.

    Todos los cristianos estamos llamados a predicar, a transmitir a los demás el mensaje de Cristo. Para eso nos llamamos cristianos. este es el mensaje de la misa de hoy.



   El libro bíblico de Amós7,12-15 nos da la primera lectura. A menudo, el demonio a través de las personas enemigas de Dios trata de desbancar y suplantar el mensaje divino. Dios tiene enemigos, sin lugar a duda. Pero, nosotros estamos llamados a dar la cara como hace Amós en esta lectura. Amasías, sacerdote de Betel, enemigo de Dios, quiere que Amós no predique donde lo esta haciendo porque alli no quieren nada con las cosas de Dios. Pero, Amós defenderá siempre a Dios y enseñará su verdadero camino. Ciértamente, Amós no es profeta, no es de la escuela de los profetas, ni hijo de profeta. Pero, aún así, Amós recibe la llamada de Dios que lo manda a profetizar y obedece rápidemente. Menudo ejemplo que nos da Amós.


   Repitamos varias veces durante el día "Muéstranos Señor tu misericordia y danos tu salvación" Salmo 84. 

   Efesios 1,3-10 comprende la segunda lectura. Nos pone en claro que todos los regalos nos vienen a través de Cristo. Nos lo dice Pablo. Dios no ha destinado para ser sus hijos a través de la gracia de Jesús. Y un hijo es lo que más se quiere. Además, Dios ha perdonado todos nuestros pecados y nos perdona, con tal de que no seamos rebeldes a su gracia. En las lecturas de la misa de hoy tenemos multitud de ideas para meditar, aprovechémoslas.


   En el evangelio de hoy (Marcos 6,7-13) Jesús llama a los Doce para que vayan a predicar de dos en dos. Los llama Jesús, van en su nombre y por lo tanto deben predicar a Jesús, anunciarlo. No es de su competencia predicar ideas políticas. Hablarán del reino de Dios, de la conversión, del perdón de los pecados. Jesús les dice que no pierdan el tiempo donde no quieran escucharlos.


   Resumiendo de las 3 lecturas, la primera nos enseña que no debemos consentir que el maligno nos domine contra Dios. En eso debemos ser intransigentes. Los otros que hagan lo que quieran, pero nosotros no debemos hacer lo que Dios no quiera que hagamos. Nosotros debemos ser siempre amigos de Dios, fieles a Él. De la segunda lectura cojamos la idea que más nos guste y pensemos sobre ella. Y saquemos alguna conclusión o propósito. Y ya de la tercera lectura, dedica algún tiempo a sacar una conversación sobre las enseñanzas de Dios, sobre lo que Dios quiere que hagamos, o lo que a Dios le gusta. Dios confía en ti.

 
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