miércoles, 8 de julio de 2009

Domingo XV del Tiempo Ordinario. 12/07/2009. Marcos 6,7-13

Un planteamiento pedagógico es la temática de este evangelio. Jesús crecía no sólo en edad, sino también en sabiduría. Necesita ir renovando los métodos de enseñanza a los Doce, para que lleguen a comprender todo lo relacionado con el reino de Dios. Jesús, en principio, es un fracasado pedagógicamente y no acierta, como nos sucede a nosotros, con las catequesis de primera comunión y confirmación. La juventud abandona sus prácticas religiosas. La verdad es que son muchos los demonios que debe expulsar Jesús. Si los poseídos por demonios son, en Marcos, personas dominadas por ideologías, estas son muy difíciles de vencer: se apoderan totalmente del razonamiento de las personas.

El grupo de los Doce representa al Israel mesiánico, no es un grupo para gobernar. Este grupo debe proclamar el nuevo mensaje y no acaba de entenderlo. Manifiestan una profunda incomprensión de las parábolas. No saben lo que es la adhesión profunda a Jesús. Están tan imbuídos de la superioridad judía que no aceptan la idea de la universalidad del reinado de Dios.

Jesús constituyó el grupo de los Doce (3.13-15) para que se adhieran plenamente a él y proclamen su mensaje universalista. Pero no ha obtenido resultados. Ahora va a ensayar otro método.

En el versículo 7, Marcos usa el presente histórico (convoca en vez de convocó). "Los fue enviando", es decir, los envió poco a poco, no a todos juntos. Marcos ve ese envío como actual en su propia época. Los envía de dos en dos, afirmando la igualdad y no la subordinación, a la vez que la solidaridad. Obsérvese qu no les manda predicar el mensaje, ni les da autoridad para expulsar los demonios que existan en los demás. Simplemente, les da autoridad sobre los propios espíritus inmundos. En efecto, los Doce son portadores de un mal espíritu que consiste en creer que los judíos son superiores a los pueblos paganos y que estos, ante Dios, son de segundo, tercer o cuarto rango. Los Doce necesitan despojarse de esta ideología o espíritu inmundo y, para ello, tienen poder si quieren utilizarlo. Tienen muy cerca la tierra de paganos, al otro lado del mar o lago. Además, en Galilea, existe una población mezclada de judíos y paganos.

Jesús desea que los Doce se pongan en contacto con otras culturas, con diferentes formas de pensamiento, y que aprendan a respetar, a comprender, a colaborar. Han de aprender la apertura de espíritu -abrirse a otros espíritus- y no aferrarse a una ideología que desprecia a los que no piensan igual.

Jesús ordena (da órdenes) que no lleven nada para el camino. Van a depender de los demás. Van a experimentar la solidaridad. Para predicar la igualdad y la solidaridad es necesario vivirlas antes. No pueden llevar alforjas para las limosnas, ni la calderilla que llevarían los pobres. Deben aprender a tener confianza en la gente. Llevarán sólo lo que sirve para caminar: cayado, sandalias y una sóla túnica. En una palabra, deben abandonar la superioridad judía y comprender otras culturas.

Todas las culturas deben saber dialogar unas con otras. Cuando esto no es posible, Jesús autoriza a sacudir el polvo de las sandalias como gesto de denuncia pública. Todos deben saber dialogar.

Sin embargo, los Doce hacen todo lo contrario a lo mandado por Jesús: predican la enmienda, expulsan demonios y curan con unturas de aceite. Dan la impresión de que sólo se dedicaron a los judíos y no chocaron con mentalidades distintas. Si se hubieran dedicado también a los paganos, los judíos se habrían opuesto por su propia mentalidad.

¿Puede ser este pasaje una crítica a los judaizantes del tiempo de Marcos en su trato con los paganos? Es posible.

Aplicación:
Aprendamos a tratar con personas de otra forma de pensar y aprovechemos lo que veamos positivo, sin imponer nuestros propios valores pero, a la vez, sin claudicar de ellos.

No hay comentarios:

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.