miércoles, 6 de abril de 2022

Domingo de Ramos. 10/04/2022

No podemos pasar sin expresar una gran alegría en este día del Domingo de Ramos. Es una gran alegría que nos infunde una gran esperanza. El cristiano siempre está alegre, incluso en momentos que llaman a la tristeza porque, en los que amamos a Jesús, los momentos de verdadera tristeza, son momentos de tristeza fundada pero, a la vez, momentos en que podemos cimentarnos más en Dios. Como termina la primera lectura de hoy, (Isaías 50, 4-7, "endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado". Y eso por dura que sea la vida. Al salmo de hoy, 21, 8-9. 17-24), contestamos "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Y, a la vez, pensemos que tras ese abandono, Dios nos envía alegría, serenidad, paz. La segunda lectura se toma de Filipenses 2, 6-11. Jesús es Dios, es de condicción divina, es igual que Dios, y por lo mismo, al nombre de Jesús debe doblarse toda rodilla en el cielo, en la tierra, en el abismo y que toda lengua proclame que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. La tercera lectura es de Lucas 23, 1-49, es decir, la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Los enemigos de alguien, cuando les interesa hacer daño, saben utilizar la calumnia. Como dice el refrán, calumnia que algo queda. Contra Jesús sucede lo mismo. Jesús arrastra a la gente detrás de él, y la calumnia se convierte en fácil, si Pilato logra enfrentar a Jesús con el César, levantando una calumnia. Pero, no resulta fácil. Pilato no encuentra razón para condenarlo y como insisten en condenar a Jesús, Pilato lo envía a Herodes que se puso muy contento pues tenía muchas ganas de conocer a Jesús. Los sacerdotes y los escribas en todo este proceso estuvieron siempre contra Jesús, lo mismo cuando este fue llevado a Pilato y cuando a continuación, como sucede ahora, lo acusan ante Herodes. Por eso, Pilato insiste una y otra vez en liberar a Jesús, pero no lo logra. El griterio aumenta y, entonces, Pilato suelta al malhechor Barrabás y les entrega a Jesús. Empieza entonces todo el proceso de la Cruz. Haz trabajar a tu pensamiento y habla con Dios. Eso es meditar. Piensa en lo que recuerdes de la pasión de Jesús y habla con él, con tu pensamiento y con tu imaginación. Dile que lo amas, que lo quieres. Le dan latigazos. Es la flagelación. Carga con la cruz y siente el dolor de los azotes. La cruz le roza gran parte del cuerpo. Y tú, que vas contemplando todo eso, ¡qué dices! No lo dejes pasar, ¡contémplalo! No olvides que esto no es cualquier cosa. Estás haciendo oración, estás meditando. Estamos muy acostumbrados a hacer oración vocal, es decir, con la boca. Padres nuestros, avemarías... Pero pasan los días y no nos paramos a hacer oración mental, meditación... Pues este es un buen mmomento para empezar. Dedica un rato a meditar. Tendrás un buen recuerdo de esta Semana Santa, no la olvidarás. ¡Has hecho oración mental, meditación! La pasión del Señor da para hacer mucha oración. Y no necesitas llevar un libro que te ayude. La pasión de Jesús da para mucho. Hasta para contemplar. La contemplación es otra forma de hacer oración. Ya la veremos.

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